Hace un par de días cometí dos errores. Estaba viendo tan tranquilamente por duodésima vez ese episodio de los Simpsons en el que Homer se infla a porros.
Cuando acabó el episodio y me disponía a cambiar para poner la sexta y ver Padre de Familia me di cuenta de mi primer error, aunque no era consciente de ello, dejé el mando de la tele en la otra punta del salón.
Cuando me disponía tranquilamente a cojerlo ¡zas! las noticias, de golpe y porrazo a las 15:00 ahí lo tenías un cadaver a medio tapar con el craneo destrozado y sus restos esparcidos por el suelo. Ya se que la gente se odia y esas cosas, pero los hechos se pueden contar de otra manera, no veo la necesidad de que tenga que vomitar toda la comida por querer estar informado, recuerdo cuando en las noticias dicen que los videojuegos son violentos. Por fin encuentro el mando, pero como tengo desde hace bien poco el TDT, por la costumbre pulso el botón para pasar de canal en lugar del de conectar el TDT, ¡No! segundo error ¿y que me encuentro? La polla de Lequio en el tomate. Perfecto.
Me ha parecido este el momento apropiado para contar esto porque Jack Thompson, un abogado que trata de censurar cualquier videojuego violento, está intentando vincular el tiroteo de Virginia con los videojuegos. Así que espero que nadie se sorprenda cuando mañana en los desinformativos de telecirco, después de mostrar uno por uno todos los accidentes de este puente, comenten algo al respecto apoyando la absurda opinión de Jack.