AC/DC – 1979
Es indispensable este disco en la historia de la música. Uno de los mejores álbumes de rock y uno de los mejores de la banda Australiana. Highway to hell supuso una revolución en el mundo de la música siendo el disco que impulsó con más fuerza a ACDC. Reventaron el mercado musical con la canción Highway to hell, cuyos acordes se hacen necesarios para cualquier estudiante de guitarra que comienza a tocarla. Este trabajo sigue siendo un derroche de rock & roll en la línea que venía siendo AC/DC desde High Voltage, pasando por Let There Be Rock y llegando a este cuidado álbum producido por Mutt Lange. Contiene este disco una simbología especial por ser el último de la era Bon Scott (pérdida importantísima que no conseguiría parar a AC/DC).
Hablando claro, este grupo es un grupo especial. Pasará a la historia por sus peculiaridades musicales y visuales. La forma de tocar la guitarra que tiene Angus, así como la vestimenta de colegial con la que salé al escenario las patentó él, es genuino. Muchos lo imitan. La forma de cantar de Bon Scott y de moverse eran especiales, así como su tono de voz. La lírica y la base de las canciones de AC/DC son únicas. Pueden parecer sencillas, y que transmitan sencillez no significa que sean fáciles. Y buena muestra de ello es que nadie lo hizo antes. Si era tan fácil, ¿por que no lo hicieron otros? El sonido de AC/DC es irrepetible y lo identificas enseguida. Ellos inventaron un sonido, un estilo mestizo entre rock y blues con una potencia insólita. La influencia que supuso en el mundo de la música este álbum, como también lo hicieron el Let There Be Rock o Back in Black son absolutamente incontestables.
Y bien, este disco contiene canciones tan eficaces, potentes y geniales como Highway to Hell (uno de los himnos del rock con unos acordes arrolladores), Touch Too Much (una de mis favoritas, energía pura. El comienzo de la canción es indescriptible), Beating around the Bush (comienzo atronador de Angus y genial Bon Scott), Night Prowler (deja claro la influencia bluesera de la banda) o Love Hungry Man (una de las mejores del disco junto a Touch Too Much. El ritmo del bajo de Mark Evans es buenísimo y el de la batería tres cuartos de lo mismo. Los punteos de Angus acaban de redondear esta gran canción).
Otras canciones como Girls Got Rhythm, Walk All over you, Shot Down in Flames, Get It Hot y If you want Blood dan al disco un empaque rockero y bluesero que encandilaría a la sociedad de finales de los ’70 y principios de los ’80. De esta forma este perfecto trabajo de AC/DC marcaría una escisión tanto para la música como para el devenir de la banda Australiana. Estoy seguro de que a Bon Scott le hubiera encantado disfrutar de este éxito que no lo pudo disfrutar de una manera completa. El disco posterior (Back in Black) sería el luto musical de AC/DC para Bon Scott, ya con Brian Johnson como vocalista.